EL PIRATA CARAPEDO
Érase
una vez el pirata Carapedo, que perdió un ojo peleando con otro pirata que
llevaba un garfio. Una noche de tormenta, Carapedo se cayó por la borda y le
atacó un tiburón, y le dejó una cicatriz en forma de cremallera en el moflete.
Habla el idioma de Piratiskán. En Piratiskán, todos los habitantes se tienen
que duchar o bañar mil veces al día , menos Carapedo , que dice que gasta
muchísima agua. Su gobernadora era una gata gigante a la que le encantaba
lavarse. Luchando contra el animal, Carapedo
perdió todos los dientes menos tres, y se convirtió en el
gobernador de Piratiskán. Tiene cuatro
moscas, a las que ha puesto nombre: se llaman Maricarmen, Antonia, Jaimita y Superpelota.
Tiene ese moco seco porque un día cogió un constipado y como vivía en un desierto,
no había árboles y no se podía hacer papel; ni folios, ni Klinex, ni papel
higiénico ni nada. Un día salió a navegar porque los romanos tenían pensado
conquistar Australia para convertirla en tierras de cultivo. Su barco era muy
curioso: estaba hecho de caca, el
mascarón de proa era la cara de un cerdo y la vela era un pescado podrido. Las
moscas tenían poderes: Maricarmen disparaba láseres por el culo, Antonia
disparaba flechas por los ojos, Jaimita con una risa detenía el tiempo y
Superpelota escupía bombas fétidas. En la batalla participaron también las
moscas. Jaimita paró el tiempo mientras Antonia disparaba flechas al lado malo
de los corazones de los enemigos y Maricarmen al de Carapedo. Se solucionó todo
y todos vivieron felices y comieron perdices, y los restos para las moscas,
claro.
FIN
Lidia Tacón Sánchez – Arévalo de 4º B